El ácido hialurónico es un constituyente natural de la dermis y juega un papel primordial en la hidratación y elasticidad de la piel. Es capaz de retener una cantidad de agua superior a 1.000 veces su peso. Mejora el funcionamiento de las articulaciones (al mejorar la lubricación).
Esta molécula disminuye cuantitativamente con la edad y provoca sequedad en la piel lo que favorece arrugas, marcas de expresión y también problemas articulares. A la edad de 20 años, la piel totaliza unos 25 mg. de ácido hialurónico por 100 gr., a los 50 años se ha perdido la mitad de esta cantidad.
Como el ácido hialurónico contribuye a fijar el agua, la capacidad de retener el agua disminuye con la edad. Como consecuencia, la piel se transforma en una piel más seca, más fina y que le cuesta más renovarse. Al ser menos densa, se pierde tersura. Estos fenómenos son los responsables de la formación de arrugas y dan a la piel una apariencia envejecida.
En el cuerpo humano, está presente en grandes cantidades en el humor vítreo (fluido) ocular y en el líquido sinovial donde actúa como amortiguador de los golpes en las articulaciones. Posiblemente la mayor cantidad de ácido hialurónico se encuentra en el órgano más grande del cuerpo humano: la piel, que contiene 7-8 gr. O lo que es lo mismo, un 50% de la cantidad total de ácido hialurónico presente en el organismo. Es un factor primordial para mantener una piel tersa y suave. El cuerpo puede producir su propio ácido hialurónico pero esta capacidad disminuye con la edad.
TABLETAS EN 260 BS
