Sin el oxigeno, no se produce ni la transformación bioquímica de nuestra alimentacion ni la energía es utilizada por la células.
Su ausencia, incluso la mínima, en la células conlleva trastornos considerables como el cansancio, el nerviosismo, la falta de memoria, la anorexia o la bulimia, problemas sexuales...perturbaciones cardiacas, cardiovasculares, circulatorios, etc.
Así, el sistema nervioso central, que es el mayor consumidor de oxigeno de todo el organismo, se perturba en cuanto la disponibilidad de oxigeno no es óptima.
Por ejemplo: Cualquier conflicto emocional provoca la caída de la tensión arterial lo que conlleva una bajada de oxigenacion del cerebro.
A la larga todos los metabolismos de debilitan; los desechos metabolicos y las toxinas se acumulan.
Al final de este proceso las enfermedades mas graves se manifiestan, así como la perdida del potencial inmunitario.
En la actualidad, incluso proponiendo numerosos medicamentos para combatir todos estos trastornos, pocos acometen directamente el problema de la mala oxigenacion de los tejidos y algunos, incluso agravan esta auto-oxigenacion, impidiendo así la regeneracion tisular y la vuelta a la homeostasis. Por ultimo, la contaminacion, la vida moderna disminuyen la aptitud de nuestros plasmas, que transportan el oxigeno, y la capacidad de los tejidos intoxicados para utilizarlos
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